A veces, en nuestro trabajo diario podemos ser muy eficientes y trabajar estupendamente pero nos podemos olvidar con facilidad de un aspecto fundamental para la competitividad y potencia del mercado actual: La mejora.
Y es que en la mejora está la clave del éxito en muchísimas ocasiones y el famoso «estaría bien» o «ya lo haré» queda en nada la mayoría de veces al estar siempre supeditado a tener un rato, acordarte y aprovecharlo. También hay otro factor negativo a corregir en este aspecto que es la dispersión o, lo que es lo mismo, la falta de foco. Esto hace que se inicien muchos subroyectos o se lleven a cabo iniciativas que pueden ser muy buenas pero que aporten poco al valor real y de interés común al negocio principal y el todo se acabe diluyendo en un conjunto de ideas, subproductos o subproyectos que acabarán comiendo el día a día sin aportar el valor total de todo ello.
La metodología OKRs
Para solucionar estos aspectos se creó la metodología OKRs, que consiste en definir unos Objetivos principales a los que desearíamos llegar como individuos y que aporten valor general a la empresa, organización o proyecto. Estos Objetivos deben ser ideales e inalcanzables desde un principio pero es allá dónde nos vamos a dirijir y vamos a enviar todo nuestro esfuerzo. Nos marcarán la dirección hacia la que iremos los próximos meses. ¿Qué mejor manera de no perder el foco?
Una vez definidos estos Objetivos, se debería definir una serie de Acciones y tareas (Keys) que, si las seguimos, nos permitirían acercarnos al máximo posible a estos objetivos ideales. Por poner un ejemplo: Pongamos que un objetivo es «aumentar la facturación un 10%»; las posibles tareas serían «conseguir 10 clientes nuevos»,»aumentar el negocio en 3 clientes existentes»,»definir un plan de ofertas», «idear un nuevo producto»… Está claro que la definición de estas tareas dependerán siempre del tipo de negocio, de la situación actual de este, del mercado, del perfil de cada persona, del objetivo y de muchísimos factores por lo que no hay un plan maestro y es un estudio particular en cada caso.
Habitualmente estos Objetivos y Acciones se establecen a 3 meses vista y, al finalizar el periodo, se evalúan los Resultados. De hecho, hay revisiones intermedias de seguimiento en la que se pueden realizar algunos ajustes pero la revisión final es la que establece el éxito de la proyección y permite revisar qué se ha podido realizar, qué impedimentos han habido y qué puntos se deben reforzar y continuar. Estos Resultados se evalúan asignando una nota de tanto por uno y, para ser un ideal, deberían rondar el 0,6 o 0,7 de media.
Resultados tras probar la metodología OKRs
Realmente lo hemos implemlentado durante un único periodo pero ya nos ha servido para sacar las primeras conclusiones:
- Es una metodología buenísima para no perder el foco y establecer prioridades
- Es fácil la confusión inicial entre objetivo y acción. Hay que tenerlo muy claro y no querer abarcar demasiado para no diluir los esfuerzos
- Los comités de seguimiento son muy necesarios para que el trabajo sea constante
- La metodología favorece la motivación e implicación de cada componentes del equipo ya que realza la aportación individual a un proyecto común
- Hay tareas comunes y complementarias entre los diferentes componentes del equipo que fomentan el compañerismo.
- Tenemos todos mucho más claro en todo momento hacia dónde vamos y nos motiva
En resumen: no hemos alcanzado los objetivos (malo si lo hubiéramos conseguido) pero los tenemos mucho más claros y el espíritu de colaboración en el equipo es mucho mayor. Hemos dejado de hacer tareas vanas y se han visibilizado mucho más las aportaciones individuales al todo del proyecto.
Estamos muy satisfechos de cómo ha ido y estamos esperando ansiosos a saber qué nos aporta el siguiente (ya presente) trimestre.